Antártida: continente de paz y ciencia
Tengo una obsesión con la Antártida. O Antártica, el nombre que le damos en Chile. Los documentales siempre muestran a este continente rodeado de glaciares gigantes, venticas de hielo que no te dejan caminar y un estilo de vida bajo cero que sólo los pingüinos podrían soportar.
Pensaba que era la única que realmente le importaba lo que pasaba en ese mundo de hielo. Pero estaba muy equivocada. Desde hace décadas que hay un interés hacia este congelado lugar por sus misterios que esconde. ¿Hubo asentamientos humanos?, ¿cómo se adaptaron los animales a vivir en estas condiciones?, ¿qué es lo que está debajo de esa capa de hielo? Son algunas de mis dudas comunes.
Las primeras expediciones registradas a la Antártida comenzaron durante el siglo XVII y tenían un interés exploratorio. Luego este interés fue lentamente convirtiéndose en posibles ganancias económicas y territoriales.
Un gatillador del aumento de las expediciones fueron las tensiones políticas después de la Segunda Guerra Mundial, en que los Estados buscaban reclamar soberanía en territorios que no eran de nadie, como la Antártida. En esa época había 7 países que tenían delimitado qué superficie les pertenecía del continente, los cuales aún continúan vigentes.
Para evitar una escalada militar, el 1 de diciembre de 1959 se firmó un Tratado Antártico que busca una solución diplomática a las reclamaciones territoriales hechas por los Estados interesados. Además, este tratado previene conflictos armados en el continente y evitar ocupaciones militares no científicas. Todos los años en esa fecha se celebra el Día Internacional de la Antártida, en que los países se juntan y vuelven a discutir algunos puntos que deben respetar.
Tesoros debajo del hielo
¿Por qué despierta tanto interés un continente cubierto de nieve? Por sus interesantes tesoros escondidos. Te nombro algunos:
Primero, su amplio territorio abarca 14 millones de kilómetros cuadrados por explorar. Y no es sólo nieve, su suelo es rocoso (por eso es continente) y las capas de hielo pueden llegar a medir 4 kilómetros de profundidad.
Bajo ese suelo se calcula que hay 200.000 millones de barriles de petróleo. El interés económico. Lo bueno es que no es viable explotar estos recursos, porque el costo sería demasiado alto. Las embarcaciones se quedarían atrapadas en las orillas, se congelarían en invierno o no podrían llegar a tierra firme. Además de petróleo, se cree que la región es rica en gas, carbón, hierro, oro, uranio y plata.
Segundo, la Antártida y el océano Austral poseen el 90% del hielo del mundo y el 70% del agua dulce está en su territorio. Las corrientes marinas su océano son responsables de mantener la biodiversidad marina del planeta, incluido el krill antártico, que se desplaza desde la superficie hasta sus profundidades, transportando el carbono de nuestra atmósfera.
La cantidad de agua dulce es un tesoro de interés político como económico, porque lo tendremos que utilizar en algún momento a corto plazo. El aumento de la población y el cambio climático agota cada día más el agua de consumo disponible en el planeta.
Un tercer tesoro es su fauna. Gran parte de los animales que viven en la Antártida es endémico (sólo puede vivir en esa zona), porque sus cuerpos se han adaptado para aguantar las condiciones extremadamente frías de la zona. El caso más famoso de la zona son los pingüinos 🐧, que pasaron de ser aves voladoras a aves nadadoras, porque evolucionaron sus alas para bucear mejor. La gran mayoría de las otras aves son marinas y carroñeras.
Un cuarto tesoro interesante está ligado a conocimiento científico. Los cielos despejados de la Antártida son perfectos para explorar el espacio profundo, porque no poseen interferencias de radio. Así también, últimamente aumentaron los estudios sobre descubrimientos arqueológicos encontrados por los deshielos.
Paz y ciencia
Encontrar un tesoro conlleva peligro. La ambición de los beneficios que podemos conseguir nos puede traer consecuencias para todos. Es aquí donde el papel del Tratado Antártico es importante, porque protege a los tesoros que esconde la Antártida debajo de su hielo.
El artículo I plantea que "la Antártida tiene uso exclusivo para fines pacíficos", en que se prohíbe toda medida de carácter militar, excepto para colaborar con las investigaciones científicas.
Respecto sobre la soberanía, el artículo IV establece una suspensión de las reclamaciones territoriales mientras esta norma se encuentre vigente. Esto obliga a que ningún Estado, además de los siete nombrados anteriormente, cree nuevos derechos de soberanía en la región.
Y sobre la explotación de sus recursos, el artículo 7 del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente prohíbe cualquier actividad relacionada con los recursos minerales, salvo si es para la investigación científica.
Estas prohibiciones podrían eventualmente cambiar o revisarse a partir del año 2048, en que se debe establecer un régimen jurídicamente obligatorio que regule la situación de la Antártida. En 20 años el planeta puede cambiar y es necesario seguir protegiendo al continente de la prospección territorial y cuidar de la naturaleza que la rodea.
Chile y la Antártida
En Chile hay una amplia gama de áreas involucradas en aportar nuevo conocimiento y avances científicos sobre la Antártida.
Uno de mis sitios favoritos es U-Antártica. Hace poco hicieron los Encuentros de Vinculación Jurídico Antárticos en donde hablaron sobre temáticas generales como la soberanía, la posición política de Chile y el patrimonio antártico. Muy recomendado para iniciar en el tema. (¡Y son abogados!)
Por otro lado está el Instituto Antártico Chileno (INACH), que es un organismo técnico dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores. En su Instagram puedes encontrar láminas educativas sobre la Antártica y medioambiente, como también avances de sus investigaciones.
También está Antartica_cl, en donde muestran imágenes y videos del trabajo de todas las instituciones que realizan operaciones, logística y ciencia en la Antártica Chilena.