¿Qué es más seguro, vacunarse o no vacunarse?: preguntas y respuestas sobre la vacuna del Covid-19
Cada vez que veo una foto de la vacuna del Covid-19 me imagino qué hay detrás de los 0,4 ml de sustancia que componen cada shot. Es como una pócima de esperanza mundial, retos logísticos y una puerta a lo desconocido. Todo embotellado en un tarrito listo a ser inyectado.
Con el surgimiento de la tan aclamada noticia sobre la efectividad de la vacuna contra Covid-19, también aparecieron muchas preguntas y teorías que más que aclararme el panorama, me confundieron. Así que decidí investigar. Y no fui la única, sino que en redes sociales, sobremesas en familia, cadenas de WhatsApp y hasta el mismo mercado reaccionaron y empezaron a indagar sobre todo lo relacionado a la vacuna (y en general sobre todo tipos de vacunas).
Porque no basta que nos digan que hay que vacunarse, sino que también tenemos que conocer los riesgos que tenemos al no vacunarnos. Ahora algunos ya están vacunados, otros estamos en la lista de espera y unos cuantos no tienen claro si quieren ser inyectados. Por eso me animé a escribir junto a Vicente Muñoz, Ingeniero en Biotecnología de la Universidad de Chile y candidato a Doctor, sobre las principales dudas de la vacuna del Covid-19 y por qué no, sobre las vacunas en general.
Partamos por lo básico.
¿Qué es una vacuna?
Una vacuna prepara al sistema inmune para combatir patógenos sin necesidad de exponer a las personas a la enfermedad en sí. Pensémosla como un entrenamiento al cuerpo a cómo pelear una batalla después de haber estudiado al enemigo intensamente.
Una vez inyectada la vacuna, esta desencadena una respuesta inmunológica y suministra información para caracterizar el tipo de virus y formar un mecanismo de defensa adecuado, los anticuerpos. ¿Cómo? Estos almacenan información de los perfiles de los patógenos en las células del cuerpo, para luego crear una memoria sobre cómo lucen los invasores y cuál es la mejor manera de combatirlos. Esto se llama inmunidad adaptativa, y es el mecanismo sobre el cual se basan las vacunas.
¿Qué tipos de vacunas existen?
Las vacunas no solo se limitan a introducir el virus en el cuerpo para desarrollar anticuerpos. Actualmente existen diferentes formas de producirlas a partir de procedimientos sofisticados que generan inmunidad sin riesgo de enfermarnos.
La siguiente imagen resume los tipos de vacunas existentes. Vamos una por una:
Las más conocidas son las vacunas atenuadas vivas. Es como introducir un caballo de Troya con un soldado borracho, pero vivo. Al entrar al sistema y ser capturado, podemos tomarlo como objeto de estudio, ver qué armas tiene y cómo se comporta para luego prepararnos y desarrollar técnicas de defensa por si vienen más guerreros al ataque. Las vacunas atenuadas vivas son las que contienen una cantidad viva y debilitada del patógeno, el cual al ser inyectado en el cuerpo permite que el sistema inmune desarrolle los anticuerpos y mecanismos de defensa necesarios para lograr un combate exitoso.
Después están las vacunas inactivas. Siguiendo la línea del caballo de Troya, es el equivalente a introducir un caballo con un soldado muerto. Pese a que ya no podemos evaluar su comportamiento, sí podemos conocer las armas que trae y su fisionomía, para así darnos una idea de cómo prepararnos ante un ataque. En este tipo de vacunas, el patógeno introducido ya no está activo, pero genera suficiente información para producir los anticuerpos necesarios para controlarlo y atacar.
Hay un tipo llamado vacunas por subunidades. Imaginemos que en el campo de batalla robamos las armas del enemigo. Esto nos suministra suficiente conocimiento del material con qué seremos atacados y nos ayudará a desarrollar nuestro contraataque. Para construir este tipo de vacunas, se “arranca” un pedazo del patógeno llamado “antígeno”. En el caso del virus de Covid-19, sería como arrancar una espina que conforman la corona. Este pedazo de virus es el que compone la vacuna y se encarga de inyectar el material genético en las células de nuestro cuerpo para reproducirse. Al ser identificado por nuestro sistema inmune como un invasor, será estudiado, destruido y nos suministrará información para generar los anticuerpos necesarios para combatirlo. Dado que estas vacunas no inducen el virus completo, sino un pedazo que por sí solo es ineficaz, no representan riesgo de infección y enfermedad.
Existen también las vacunas con adenovirus. Es el equivalente a que en el caballo de Troya escondan a un niño indefenso disfrazado de soldado con toda la armadura puesta. Exactamente lo mismo pasa en estas vacunas. Para producirlas, se crea un "vector", que es un virus modificado genéticamente para que no pueda reproducirse. A él se le inyecta la información que le permite “disfrazarse” de Coronavirus para luego desarrollar la apariencia externa del virus (las espinas o antígenos). Este tipo de vacunas es muy seguro, pues al ser inyectado en el cuerpo humano será reconocido de apariencia como un “Coronavirus”, pese a que no tiene la información genética para reproducirse.
Dentro del amplio set de vacunas, las más modernas, sofisticadas y seguras son las vacunas que actúan con el ADN y ARNm del virus. Es como si al enemigo le robáramos el pergamino que contiene las instrucciones de cómo construir las armas y su estrategia de batalla. Con esta información podemos entrenarnos, prepararnos y prever las movidas de ataque.
Para entender estas vacunas debemos ponernos un poco técnicos. Existen dos tipos de materiales genéticos en todos los organismos vivos: el ADN que se encuentra en el núcleo de las células almacenando información del genoma, y el mARN que es básicamente una transcripción del ADN, un mensajero (por eso la m delante) con una copia de la cadena de ADN que sirven como instrucciones para ser traducidas y formar todas las proteínas de nuestro cuerpo.
Todos los organismos vivos almacenan el material genético en su ADN. Sin embargo, algunos virus cómo Covid-19 no tienen ADN, todo lo almacena en ARNm.
Las vacunas de ADN y las de ARNm contienen la información genética del virus que instruye en la creación del antígeno. En el caso de la vacuna de Covid-19, se inyecta el pedazo de ARNm que contiene las instrucciones de cómo producir la espina que conforma la “corona”, que es la encargada de inyectar la información genética en nuestras células para reproducirse. Al inyectarla, instruye a nuestras células en producir el antígeno, el pedazo del virus (en este caso, la espina), pero no el virus en su totalidad. Cuando nuestras células empiezan a producir estos antígenos, nuestro sistema inmunológico identifica estas piezas como cuerpos extraños, estudiándolos, destruyéndolos y generando anticuerpos. Dado que solo producen una parte indefensa del virus y no el virus completo, son muy seguros en el sentido en que no representa riesgos que desencadenan la enfermedad.
Retomemos sobre la inmunidad que nos dan las vacunas, en específico la del Covid-19.
¿Qué es la inmunidad en grupo o de rebaño?
Cuando un porcentaje muy alto de la población (cerca al 90%) ya tiene el batallón de anticuerpos, se reduce el número de portadores y transmisores del virus en la sociedad. Este ya no puede circular libremente, pues no existen tantas personas para contagiar y se disminuye la probabilidad de que los más vulnerables se vean afectados. Esta inmunidad se puede dar de forma “natural” cuando en una población muchas personas fueron contagiadas y los sobrevivientes tienen los anticuerpos que no permiten el desarrollo del virus, limitando su dispersión. Sin embargo, implica mayores costos (tangibles e intangibles) y tiempo. La forma menos letal y riesgosa de generar inmunidad es mediante una vacuna, la cual tiene el mismo efecto que la inmunidad natural, pero de manera más segura, controlada y en menor tiempo.
¿Puedo generar inmunidad sin necesidad de una vacuna?
No existen estudios suficientemente grandes o fundamentados que sostengan la existencia de una inmunidad absoluta sin el uso de vacunas. Las personas sobrevivientes al virus muy seguramente han logrado desarrollar la inmunidad adaptativa, sin embargo es riesgoso e inadecuado presumir que por ser saludables o más jóvenes seremos capaces de desarrollar anticuerpos sin sufrir las consecuencias.
Por eso es recomendable aplicarse la vacuna, porque el sistema inmune necesita con tiempo almacenar la información para saber cómo eliminar al invasor. Y no todos los sistemas inmunes son iguales, porque para combatirlo deben haber estado expuesto al virus y saber cómo preparar estos anticuerpos para la batalla.
Esto es algo similar a las alergias alimenticias, en que muchas personas conocen que no pueden comer maní porque les hace daño y lo evitan cuidándose. También hay personas que no lo saben hasta que lo prueban y sucede la reacción negativa, que puede ser letal si no se controla a tiempo.
Pensemos el maní como un virus. Las personas que son asintomáticas (que portan o portaron el virus sin síntomas) son como los que no son alérgicos al maní. Son capaces de comerlos y no les pasará nada. Pero si uno de ellos les comparte maní a otro que no sabe que es alérgico, comienza el caos. Los asintomáticos transmiten y aumentan el riesgo de contagio a personas que pueden no reaccionar bien al virus, porque el cuerpo no se preparó para este ataque sorpresivo y padece la enfermedad con grandes dificultades que puede llegar a niveles fatales.
Las vacunas ayudan a que lo anterior no suceda, porque nos preparan ante la llegada del virus.
¿Cuáles son sus efectos secundarios?
Algo muy importante es mencionar que por el hecho de ponerte la vacuna no te vas a enfermar de Covid-19. Vas a desarrollar anticuerpos que batallarán el virus si alguien más te contagia, pero no vas a enfermarte del virus al vacunarte. No se te está inyectando el virus, sino información para combatirlo.
Lo que sí puedes desarrollar son síntomas como fiebre o dolor de cuerpo, que son efecto de la vacuna, más no una causa de esta. Estos se dan como respuestas de tu sistema inmunológico para atacar invasores, es como un mecanismo de alerta. Por ejemplo, cuando te da fiebre, tu cuerpo incrementa su temperatura ya que en un ambiente más caliente las bacterias se desarrollan menos.
Un efecto secundario que se ha observado en un porcentaje muy pequeño de la población es el desarrollo de alergias a los lípidos que acompañan el mARN que es inyectado. Sin embargo, hasta ahora se ha visto que de casi dos millones de personas vacunadas en USA, solo veintiún personas han padecido una respuesta alérgica, y todos los afectados han tenido una recuperación completa y sin secuelas.
¿Es seguro aplicarme la vacuna?
Sí, es seguro aplicarte la vacuna. El hecho de haber sido una vacuna desarrollada en tiempo récord no quiere decir que en algún momento se cortaron esquinas para su producción y aprobación.
La eficacia de una vacuna solo puede ser medida cuando ha pasado exitosamente cada una de las estrictas etapas de validación, y estas ya fueron reconocidas para cada uno de los laboratorios que están en el mercado.
Todos los países cuentan con una entidad que se encarga de regular, abrir o cerrar la puerta a todos los bienes que se venden y circulan en el país, como medicamentos y alimentos. Dicha entidad se encarga de aprobar la entrada de las vacunas contra Covid-19, las cuales variarán según su origen y desarrollo.
La información de las diferentes tipos vacunas es pública y puede ser revisada por cualquier persona en el mundo.
¿Cómo se desarrolló tan rápido la vacuna?
El hecho que esta vacuna se haya creado más rápido que cualquier otra en la historia de la humanidad genera escepticismo frente a su calidad. Pero es una de las vacunas más probadas en la historia.
Su rápida introducción en el mercado se debe a tres factores importantes. El primero es la generosa inyección de capital y recursos provenientes principalmente de gobiernos y organizaciones sin fines de lucro que se destinaron a acelerar la formulación y en efectuar un rápido testeo. El segundo es que la cantidad de voluntarios de prueba superó cualquier otra vacuna en la historia. Una vacuna promedio es testeada en 3.000 personas, tan solo la vacuna de Pfizer fue probada en +40.000 personas. El tercero es que la burocracia que vuelve lenta la aprobación en un proceso normal, ahora fue expedita y acelerada dada la urgencia de la situación. Un ejemplo de ello fue la rápida aprobación de la vacuna por parte la Organización Mundial de la Salud para su uso en un comunicado de emergencia a las pocas semanas del surgimiento de la gran noticia.
¿Cuánto va a durar la vacuna?
La efectividad de esta va a durar lo que el virus demore en mutar. Por ejemplo, la influenza (esa gripe estacional que se da todos los años) tiene una mutación tan rápida que obliga a desarrollar una nueva vacuna cada año, pues su proteína varía con tal velocidad que los anticuerpos que generan la vacuna actual dejan de ser efectivos con sus mutaciones.
Es por eso que cada año hay una nueva vacuna contra la influenza. Sin embargo, se ha visto que Covid-19 tiene una tasa de mutación inferior que muchos otros virus, por lo tanto esperamos que la efectividad de la vacuna sea muy duradera.
¿Qué implica vacunar a toda la población mundial?
Aplicar la misma sustancia a casi 8 billones de personas no es tan sencillo. Se necesita producir 16 billones de dosis, que son aproximadamente 6.400MM de litros de vacunas, suficientes para llenar 2.560 piscinas olímpicas.
Pero no solo es un tema de producción. En el caso de la vacuna ARNm como la de Pfizer y Moderna, toda la cadena de suministro debe estar adecuada para conservar la sustancia mágica a -70ºC, de lo contrario se echará a perder. Es un trabajo de estrategia y distribución que tomará tiempo y cuidado.
¿Una vez vacunados volveremos a la vida prepandemia?
No inmediatamente. El hecho de que te vacunen, incluso después de la segunda dosis, no implica que puedas retomar tu vida como la vivías antes de la pandemia. Debemos ser responsables y esperar a que la gran mayoría de la población (cerca al 90% como mencionamos anteriormente) esté protegida para lograr inmunidad de rebaño. Debes considerar que por un lado, existe un 95% de efectividad en la vacuna, por lo tanto habrá un 5% de los vacunados que seguirá expuesto a enfermarse. Por otro lado, los estudios relacionados a la portabilidad del virus en los ya vacunados aún están en desarrollo. Se cree que la vida prepandemia no se retomará del todo en el 2021, será un proceso gradual y regulado.
Al final, dentro de ese frasco de 0,4 ml sí está la solución al control de la pandemia del Coronavirus. Después de todas las preguntas y respuestas, vacunarse trae más beneficios que no vacunarse o hacer nada. La vacuna controla el virus, nos hace inmune a él, evita su propagación a personas con cuerpos más tener reacciones graves a la enfermedad y cuida a la población de forma masiva sin riesgos altos de letalidad.
Así que el tapabocas seguirá siendo nuestro accesorio del día a día... pero bien puesto... 😁
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