Carta de una trabajólica en rehabilitación
Vamos a hacer un experimento rápido, ¿te identificas con alguna situación?
- Empiezas los lunes con tantas cosas que no sabes qué priorizar
- Tienes problemas para decir que “no” incluso cuando estás a full
- Adelantas trabajo en fin de semana o te quedas hasta tarde en la semana
- Cuando te preguntan “¿cómo va todo?” en lo primero que piensas es en el trabajo
Si dijiste que sí a una de ellas, este artículo puede caerte muy bien para hacer una pausa en tu día.
Antes tiraba en chiste que era workaholic hasta que trabajar tanto empezó a afectarme física y emocionalmente: comía a deshoras, me iba a dormir demasiado tarde, no respondía ni los mensajes de WhatsApp de mi familia o dejaba empolvada mi guitarra. Me levantaba cansada, me ponía ansiosa por terminar todo y sentía que no me rendía nada.
Hablando con mis amigos me di cuenta que muchos de ellos han pasado por lo mismo y que, peor aún, trabajar en exceso se ve como algo bueno, como si fuera sinónimo de éxito.
¿Qué me ha funcionado?
Lo más importante es que sepas que no hay una fórmula universal para encontrar un equilibrio en el trabajo. El año pasado, Jeremy Boudent, Marketing Manager de Nextiva, entrevistó a 10 CEOs sobre cómo mejorar la productividad manteniendo el work-life balance, a todos les servía algo diferente, pero el punto en común era que cada uno tenía una rutina.
En mi caso empecé por ahí, probando una rutina que me guste. No voy a mentirte, a veces no puedo cumplirla todos los días, pero me ha servido un montón y sumada a otros consejos que voy a compartirte, el trabajo se ha vuelto algo más en mi vida y no mi vida por completo.
Si en vez de una carta esto fuera una receta, los pasos para cocinarla serían: separa, limita e integra.
Separa: física y mentalmente
No se trata de dedicar 8 horas a trabajar y 8 horas al resto (familia, amigos, hobbies, ejercicio) no es sostenible porque también va a ser posible que tus ojos no estén en la pantalla y tu mente siga conectada a ese último mail.
Programa tu mindset
Empezar el día leyendo notificaciones y correos es como si encendieras el auto y aceleraras hasta 120 de inmediato, seguro que dañarías el motor. Intenta tener por lo menos media hora para ti antes de enchufarte a lo laboral, yo por ejemplo me prometí no leer nada hasta las 9:00 am. No dejes que un mensaje que no te esperabas te vaya a setear mal el día. Hay mucho escrito sobre rutinas matutinas, puedes probar un par de cosas que te gusten y que te vayan dando energía: leer literatura, escribir, meditar, hacer ejercicio, desayunar sin apuro...
Ten un lugar para cada cosa
Seguro has escuchado hasta el cansancio que no es bueno trabajar desde la cama, pero si todavía no te has convencido, hay estudios que muestran que los niveles de melatonina (la hormona que te ayuda a dormir) se ven afectados por tener hasta el celular muy cerca cuando duermes. Separa física y virtualmente el trabajo: si trabajas desde casa, destina solo un lugar e intenta no mezclar redes personales y laborales. A nosotros en Fintual, por ejemplo, nos funciona muy bien Slack, nadie de la oficina habla por WhatsApp.
Define tus horarios
Enséñale a tu mente a no pensar en el trabajo después de determinada hora. Hablé con Pedro Saratscheff para este artículo. Él es el primer desarrollador de Fintual (que se fue a trabajar a Google y después volvió) y me contaba que en su caso después de las 7 pm cierra su computador y se obliga a no intentar resolver nada más hasta el otro día. Los shutdown son muy efectivos porque le estás diciendo a tu cabeza: para ahora mismo. ¿Se te ocurrió una idea en la ducha o en una comida con amigos? Abre una ventana de notas en el celular, escribe y luego retoma. Andrés, el CTO de Fintual lo hace todo el tiempo y yo hice lo mismo para escribir este artículo por ejemplo. “Cuando pasas mucho tiempo en un problema, te concentras demasiado en los detalles y a veces lo mejor es parar un rato y luego volverlo a mirar con más perspectiva”, dice Saratscheff.
Limita: más no es mejor
En un estudio de Stanford en el 2014, el economista John Pecavel explicaba que la productividad se estanca después de las 50 horas de trabajo semanal y a partir de las 55 la estabilidad emocional empieza a verse afectada e incluso aumenta la tasa de accidentes laborales.
Saratscheff me contaba que desde los inicios de Fintual, Andrés, uno de los founders pasaba por los puestos cerrando los computadores a las 6 pm, “no es de altruista, es porque sé que así vas a rendir más para Fintual… no te quiero ver trabajando desde tu casa cuando llegues” decía.
Entonces, ¿cómo haces para que te rinda bien el día y no necesites clonarte o tener 8 horas más? Isi, una de las developers contó en su artículo de trabajar y estudiar al mismo tiempo que la organización es la clave y yo estoy totalmente de acuerdo:
Rankea tus prioridades
Aunque esta sea muy popular, es la que más tiempo quita. En un estudio de RescueTime del 2020 el 29% de las personas decía que lo más desafiante era saber qué era lo urgente o importante. Si encima tienes demasiado trabajo, eso lo hará más difícil.
Ve a tu agenda ahora mismo, ¿cuántas de las reuniones que tienes podrías eliminarlas? O ¿cuántas se pueden solucionar con un mail? Te propongo otro ejercicio, esa reu semanal de una hora con el equipo acórtala a 30 minutos, escriban puntos para hablar antes de iniciar y pónganse el desafío de ser más efectivos, en Facebook, Fidji Simon, VP de Producto las terminó por acortar a 15 minutos y como resultado, su equipo fue mucho más ágil.
Aprende el arte de decir “no”
En el mismo estudio que te conté, el 62% respondió que terminaban su día abrumados, ¿te pasa algo similar?
Hay días en los que no me muevo de la pantalla y aún así he sentido que no hice nada; en la mayoría de los casos, lo que pasa es que hice un montón de cosas que no tenía planeadas. Te confieso que para mí esta ha sido la más difícil, pero decir que no es también una forma de cuidarte, no digo que esté mal ayudar al resto del equipo, pero determina esos tiempos y ponte límites, tu yo del futuro lo va a agradecer.
Enfócate y triunfarás
¿Sabías que después de distraerte te va a costar unos 23 minutos volver a concentrarte? Abrir esa notificación te puede salir muy caro. En Fintual tenemos los martes de no reuniones y son muy útiles para sacar proyectos adelante. Bloquea espacios sin interrupciones que te puedan salvar de trabajar hasta tarde.
El método pomodoro (trabajar por secciones de tiempo) también es muy efectivo. Diana está en el equipo de Riesgos y a la vez es profe de pregrado, ella lo usa para preparar sus clases: “me obligo a tener pausas luego de 25 minutos y a unir todo el material que tengo en cuatro horas, lo que no logro hacer pasado ese tiempo, no entra en la clase”.
Integra: vive y trabaja sin morir en el intento
Cuando te presentas con alguien nuevo, ¿qué es lo primero que dices después de tu nombre? Hola, soy Ana y… pum, trabajo en... ¿verdad? Pero no nos define un cargo, somos muchos más que lo que hacemos en la oficina. ¿Qué dirías si no pudieras contar donde trabajas?
Conéctate con algo más
No se trata de desconectar, sino de conectar. Esta frase la tomo prestada de mi amiga Gina, ella es psicóloga y recibe varias consultas por estrés laboral: “Cada uno es el encargado de cuidar los espacios personales, siempre vas a tener algo más que hacer, jamás vas a cumplir todo. Puedes irte a la cama después de trabajar hasta las 11 pm y sentir que fuiste la persona más productiva, pero luego de un mes, dirás que tu vida solo se trata de trabajar” .
Hay personas que trabajan en exceso porque dicen que no tienen más qué hacer. Conversando sobre esto, Saratscheff me dijo algo muy cierto: “una vez que te permites “aburrirte después de la pega” empiezan a salir ideas y hobbies choros”. Si tuvieras tres horas más al día, ¿qué harías?
Pon manos a la obra y ojos a las emociones
En la entrevista a un workaholic de VICE, él decía que el trabajo a veces se vuelve un refugio para no hacerle frente a preguntas mucho más difíciles e importantes de la vida. Tal vez ese exceso es la máscara de algo más profundo por chequear.
Anat Lechner, profesora de la Universidad de New York coincide en lo mismo: “hay un componente emocional importante que va más allá del estrés”, hay que dejar de normalizar el pensamiento de “soy profesional, por eso no puedo parar de trabajar” o llegar a ser tan autoexigente y dejar de lado cómo te estás sintiendo.
Mide tu tiempo libre como una señal de éxito
Harj Taggar, socio de Y Combinator (la aceleradora de startups en Silicon Valley) compartió en una entrevista que la señal más segura de éxito de un emprendedor es lo que hace en su tiempo libre. “Los pasatiempos son en lo que las personas más inteligentes pasan su tiempo cuando no están limitadas por objetivos financieros a corto plazo”. Brad Feld, emprendedor e inversionista, menciona que el tiempo libre le dice tanto de cada persona que siempre pregunta en sus entrevistas “¿qué haces los fines de semana?”
Entonces, ¿logré el anhelado “work-life balance”?
La verdad es que no me llevo muy bien con ese término porque es como si el trabajo no fuera vida y la vida solo estuviera después del trabajo. No se trata de alcanzar la cima del balance o darle check, es más bien algo por revisar y cuidar todo el tiempo.
Y como pudiste darte cuenta, esto no es fácil, a veces yo también digo “15 minutos más” y me desconecto dos horas después. De a poco puedes probar qué te funciona mejor y si también estás en rehabilitación y te ha servido algún otro tip, puedes compartirlo en cartas@fintual.com.