El título CODA significa Children Of Deaf Adults, o “hijes de adultos sordos”. La película, recientemente estrenada en Amazon Prime Video, es una mirada a uno de estos casos particulares.
Ruby Rossi (Emilia Jones) es una joven que va al colegio y durante las tardes ayuda a su familia -compuesta por su padre, madre y hermano sordos- en su emprendimiento: un bote pesquero. Ruby descubre su pasión por el canto y es ahí donde se pone en juego su relación con su familia, ¿ya empezaron a llorar?
Basada en la película francesa La familia Bélier, CODA se estrenó en Sundance el año pasado y ha estado robando corazones desde entonces. Es, a primera vista, una historia sencilla e incluso predecible. Un coming of age de una adolescente que busca su propio camino. Lo que pareciera seguir una fórmula que hemos visto mil veces logra conmover a partir de pura honestidad, personajes entrañables y la representación a un grupo de personas que hasta el día de hoy siguen marginadas.
Cuando Ruby se inscribe en el coro del colegio, su profesor detecta inmediatamente que tiene un don. Ella es tímida y se muestra reticente, pero la alientan. A pesar de que la conocen, e incluso molestan, por ser la hija e intérprete de una familia sorda, nadie ve un problema con que ella quiera dedicarse a cantar.
Pero ella sí, porque el vínculo que ha formado con sus padres raya en lo dependiente. Ruby es imprescindible tanto para el trabajo de su familia como para su integración en la sociedad. Acompaña a los padres al médico y los guía en sus quehaceres cotidianos. Y aunque la familia es cariñosa y unida, nadie entiende la situación particular de la chica, ni dentro ni fuera del núcleo familiar.
CODA se sale con la suya
El dilema de una joven outcast que quiere cantar, pero lo mantiene en secreto puede incluso dar cringe a primera vista. Pero CODA se sale con la suya, nunca rehuyendo de ser el tipo de película cursi y sensiblona que es. Ese es el encanto que tiene la transparencia de contar una historia con ternura y simpleza.
En paralelo, la película nos recuerda constantemente la deuda no saldada que tenemos las personas sin discapacidad auditiva. La cantidad de barreras que enfrentan los Rossi en su pueblo son desoladoras, donde desde ir a tomar una cerveza con amigos hasta hacer vida social en el trabajo pueden producir ansiedad. Nadie sabe lenguaje de señas, y sin la hija como intérprete, se han recluido en una dinámica funcional, pero finalmente aislada.
Es una película que, sin victimizar a la comunidad sorda, la visibiliza desde los problemas que tienen al habitar un mundo que no está acondicionado para sus necesidades. Por lo mismo, el dilema de la protagonista se hace tan doloroso y difícil de resolver. Para Ruby, seguir sus sueños no se trata solo de atreverse, sino de dejar atrás a personas que ama que van a tener que buscar nuevas maneras de enfrentarse al mundo. Ahora sí, ¿ya empezaron a llorar?
CODA es recomendable por la cantidad de cariño y cuidado que tiene por sus personajes, por lo honestas de sus dinámicas y la inocencia de ver gente intentando hacer lo correcto, a veces sin saber lo que eso significa.
Nota de riesgo:
Al empezar a ver la película notarán que la forma en que está hecha no innova ni corre ningún riesgo. Es una “dramedia” indie. Dejando el cinismo de lado, podemos ver cómo aborda temas difíciles con empatía y cuidado, sin hacernos sentir que se está moralizando o predicando sobre un tema. Es una película conservadora.