Como dice la última palabra que emiten en el capítulo: “damn”.
Así de intenso fue el regreso de Euphoria, la popular serie dramática de HBO que sigue a un grupo de adolescentes de los suburbios de Estados Unidos explorar temas como salud mental, drogas y abusos mientras llegan a la mayoría de edad.
Euphoria temporada 2 rompe récords
La —esperada— segunda temporada se estrenó este domingo y tal eran las ansias de los fanáticos, que rompió el récord para estrenos digitales en HBO: más de 2,4 millones de personas vieron el capítulo en las plataformas de HBO.
No fue casualidad que la misma noche del domingo (se estrenaba a las 11PM en Chile) muchos reportaran en redes sociales que se estaba cayendo la app de HBO Max por la saturación de gente. No podían entrar.
Yo —como nunca antes— supe controlar mi ansiedad y esperé hasta el lunes por la noche, para verla sin interrupciones. Una muy buena decisión 🤝.
Sólido regreso
Como es costumbre, el capítulo empezó centrándose en la infancia de uno de los personajes. Esta vez fue el turno de Fezco (Angus Cloud), de quien no habíamos podido saber mucho hasta el momento, dando cuenta cómo entró al narcotráfico y quién era su abuela.
Es un agrado que se mantuviera el estilo de la primera temporada (2019), con su rapidez y dinamismo característico, y la narración en off de Rue (Zendaya) en esos primeros minutos.
También se mantiene el estilo de vestuario, con los personajes expresándose todavía con maquillajes novedosos, glitter y atuendos únicos. Ese estilo de Euphoria se ha vuelto casi un trademark desde su estreno. He escuchado (100% real, no fake) de fiestas o cumpleaños con “temática Euphoria”. Incluso hay boards de Pinterest con ideas.
Aunque se mantenga el sello, me parece que en esta vuelta se torna bastante más oscura. No solo en términos de la temática, sino también de manera más literal: gran parte del capítulo transcurre en un carrete de Año Nuevo. Salvo por el inicio de Fezco, el resto de la historia pasa totalmente de noche. Y eso que se mantuvo la dirección y el guion de Sam Levinson.
Con una elección de música increíble —el capítulo parte con “Don’t Be Cruel” de Elvis Presley y los créditos llegan de golpe con “(I Just) Died in Your Arms" de Cutting Crew— no pude evitar que se me pusieran los pelos de punta en el momento en que suena la canción de Nate, —en una tienda de conveniencia— donde te das cuenta de que va a partir algo que terminará mal y lo único que quieres es decirle a Cassie (Sydney Sweeney) “no lo hagas”. Sufrí por ella. También en una escena en el baño de la casa donde están carreteando, que a ratos confundí por una película thriller.
De hecho, el domingo, a pocas horas del estreno mundial, Zendaya publicó en sus redes sociales una suerte de disclaimer (que también podría ser una estrategia de marketing): “esta temporada, tal vez incluso más que la anterior, es profundamente emotiva y trata temas que pueden ser desencadenantes y difíciles de ver”.
Zendaya, que ya se ganó un Emmy por la interpretación de Rue en esta serie, sigue brillante.
Faltó tiempo en cámara para Kat (Barbie Ferreira), sí. También hubiera sido bueno explorar un poco más la dinámica entre Jules (Hunter Schafer) con el sicópata de Nate (Jacob Elordi), después de todo lo que pasó la primera temporada. Salvo por un par de miradas mortales, no hay más. Pero, la falta de pantalla de ellos se compensa con otros. Como nunca, pudimos ver a Lexi (Maude Apatow) interactuar con más personas e incluso llegó a coquetear con un personaje inesperado.
Y todavía quedan siete capítulos más.
Euphoria no se guardó nada para este regreso. Muchas veces las segundas temporadas parten lento, retomando de a poco en qué están los personajes para terminar con un cliffhanger. Acá hubo acción, acción, nudo en la guata, acción. Y esa golpiza del final, uff. Casi dio gusto de ver.
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