Tanto las películas de Harry Potter como los libros en las que se basan no tienen nada del otro mundo. No hay innovación a nivel cinematográfico, no se caracterizan por mejorar la historia de los libros y, respecto a estos últimos, tampoco destaca mucho su prosa, su dramatismo y su épica.
Ni siquiera su creatividad.
Sin embargo, las cintas del joven mago tienen una característica especial que pocas sagas pueden ostentar: podemos ser testigos de cómo pasa el tiempo por esos rostros con los que muchos crecimos.
Posiblemente, esa es una de las principales razones por las que muchos fanáticos esperamos con ansias que HBO estrenara Regreso a Hogwarts, un especial que reúne a algunos de los actores más icónicos que formaron parte de las ocho películas. Ver cómo envejecieron y observar cómo el tiempo también ha pasado por aquellos que esperamos, año a año, a que saliera la nueva película o libro de Harry Potter, fue sin duda una razón más para desempolvar la Pottermanía (que en realidad jamás se ha llenado mucho de polvo).
Quizás lo más curioso de todo es lo que menciona el actor Rupert Grint (Ron Weasley) en el inicio del especial: “no siento que haya pasado tanto tiempo, siento que todavía falta para que tengamos una reunión”.
Han pasado veinte años desde que se estrenó la película y muchos de esos niños con los que crecimos ya son padres, están casados o tienen exitosas carreras, pero realmente parece que ayer esperábamos con ansias cómo se vería Voldemort en la nuca de Quirrell, cómo sería el juego de ajedrez o cómo Hermione deduciría qué pócima era la que le permitiría a Harry encontrar la piedra filosofal.
Pero así como se recuerdan las diferencias entre el libro y la película, o como aquellos que solo vieron las películas querían saber cómo terminaría la historia de “el niño que vivió”, el especial de HBO justamente deja grandes interrogantes sin ninguna respuesta que habría sido buena idea que fueran reveladas en medio de un reencuentro.
¿Un ejemplo? Hablemos del grito de Harry (Daniel Radcliffe) cuando sufre una de las pérdidas más desgarradoras en la saga, en la Orden del Fénix, y por qué se tomó la decisión artística de suprimir todo sonido en esa escena. O por qué no existen ediciones extendidas de los filmes (las de El Señor de los Anillos son una joya).
¿El principal problema del reencuentro? El que mucho abarca, poco aprieta. El especial dura un poco más de una hora y media y en ese tiempo —a veinte años de haberse estrenado la primera película— intentaron condensar diez años de películas. Imposible.
Si bien entrega varios gustitos, como ver a The Golden Trio reunido llorando, diciéndose unos a otros que se quieren y que a pesar de tener sus propias vidas siempre serán importantes por crecer juntos, quizás habría sido mucho más sensato y satisfactorio que se recordara el rodaje de la primera película. O bien, una serie limitada, con capítulos más extensos dedicados a cada “era” de las cintas.
Y no hablemos de ausencias demasiado evidentes. Partamos por la autora de los libros, de la que solo aparecen extractos que se emiten en los estudios de Harry Potter (ubicado en Londres, un lugar definitivo de peregrinación para cualquier fanático del mago y donde justamente se grabó el especial de los 20 años).
Tampoco hay mucha mención a actores emblemáticos de las películas y del cine en general: Maggie Smith, Emma Thompson, Julie Walters o Michael Gambon. Y el In Loving Memory también deja mucho que desear, sobre todo habiendo resentido tanto la partida de actores que dieron vida a personajes tan vitales como Severus Snape (Alan Rickman), Albus Dumbledore (Richard Harris), Vernon Dursley (Richard Griffiths), Garrick Ollivander (John Hurt) y Narcissa Malfoy (Helen McCrory).
Tal y como destacan los mismos jóvenes que tanto agradecen haber podido compartir con leyendas del cine, resulta incomprensible que a estas pérdidas de actores tan destacados se les otorgue solo cinco minutos en un especial de una saga que permitió a millones de niños, niñas y jóvenes no solo acercarse a la lectura, sino que también conocer actuaciones de primer nivel con históricos intérpretes
Muchas cosas pudieron ser mejor en Regreso A Hogwarts, pero a pesar de esto el reencuentro no deja de ser emotivo y resultar nostálgico justamente por ver cómo pasa el tiempo. Los mismos intérpretes comentan lo impactante que resulta conocer a fanáticos de Harry Potter y ver cómo han influido en sus vidas no solo sus actuaciones, sino que también la historia presentada tanto en papel como en celuloide.
Para quienes crecimos leyendo los libros y viendo las películas ellos claramente van a ser una parte importante de lo que fue nuestra niñez y adolescencia, pero si hay una cosa que podemos compartir es cómo la historia de Harry Potter influyó en nuestras vidas (aunque en sus casos la influencia fue mucho mejor, porque hasta el día de hoy pueden decir que tuvieron una tutoría teatral de primer nivel, además de grandes dividendos económicos).
En el caso de los potterheads que no protagonizamos ninguna película, más allá de la ilusión de ponerse una capa y tener una varita que claramente el único poder que tiene es de dejar ciego a alguien, la mejor definición de lo que significan estas historias la otorga Emma Watson. La actriz dice en medio del reencuentro que “cuando las cosas se tornan oscuras, y los tiempos son muy difíciles, las historias nos dan lugares a los que podemos ir, donde podemos descansar y sentirnos abrazados”.
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