9 mil millones de dólares. Un 3,6% del PIB de nuestro país en 2020.
Eso fue lo que gastaron los estadounidenses en el Black Friday del año pasado, la famosa fiesta de descuentos que nació en ese país y se ha expandido al resto del mundo.
¿Sabes cómo nació el nombre de ese día? Hay varias teorías sobre el origen de Black Friday
La primera surgió en 1869. Dos agentes de bolsa de Wall Street, coludidos con un político de Nueva York, trataron de comprar todo el oro del mercado. Jay Gould y Jim Fisk pensaron que, si lo hacían, podrían subir mucho su precio y venderlo después a precio de oro (🥁). El plan no funcionó y el viernes 24 de septiembre de ese año se desplomó su precio. Ese día se usó por primera vez el término.
Una segunda teoría dice que apareció más adelante en Filadelfia. En 1966, llegaron en masa personas de las afueras de la ciudad a ver un partido de fútbol americano entre el Ejército y la Marina. El evento, más las compras de Navidad, provocó caos en las calles y la policía vial empezó a llamarle a ese día “el Viernes Negro”. Luego, los comerciantes de la ciudad empezaron a utilizar el término para referirse al día de inicio de los descuentos navideños. Y en 1975, el New York Times lo usó para referirse al caos en el tránsito que ocurría en todos los Estados.
Otra versión se relaciona con el retail. Tradicionalmente, las ganancias se anotan en los libros contables en negro y las pérdidas, en rojo. Los comercios que tenían pérdidas lograban repuntar para esta época cuando empezaban los descuentos navideños. Entonces, pasaban de números rojos a números negros (en español diríamos números azules).
Hay una versión adicional que se relaciona con la esclavitud: se dice que en los años después del Día de Acción de Gracias se podían comprar esclavos a un precio mucho más barato que lo normal. Pero esta nunca se ha confirmado.
Independiente del origen del nombre Black Friday, recuerda ser responsable con tus finanzas personales. Compara precios antes de comprar y sé consciente con tu capacidad de gasto. Es bacán darte un gustito cuando ya cubriste todos los gastos fijos y, en lo posible, pudiste ahorrar.
Y si no tienes tan claro cómo distribuir tu plata, puedes ordenar tus finanzas en solo 2 horas al mes.
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