Álvaro Díaz: “La plata es lo más ordinario que hay”

El co-creador de 31 minutos nos cuenta que nunca se tituló porque no tenía plata, que prefiere un Toyota a un Mercedes y que no vale la pena perder el tiempo en inversiones.

Esta entrevista es parte de la serie “Con dinero y sin dinero” de FINTUAL donde preguntamos a gente interesante sobre el rol que el dinero ha jugado en sus vidas. Álvaro Díaz es periodista, director y productor de TV, trabajó en PlanZ, creó 31 minutos junto a Pedro Peirano y ganó dos veces el Altazor

Cuando chico ¿cuál fue tu primera noción de plata?

Yo era muy malo pa’ la plata, no sabía vender. Si había una rifa o algo así para el viaje de estudio, no era capaz de hacer niún peso. No podía ofrecerle a un tío “oye vendo rifa”, porque te preguntaba “¿y qué rifan?”, y yo “no, puras weás pencas”, jaja.

Y nunca hubo plata en mi casa. Nadie en mi casa tiene el don de la plata, como que la plata siempre fue algo difícil de conseguir. Mi papá tenía un almacén que se llamaba la Scala que todavía existe al frente del estadio israelita y mi mamá es la persona más austera del mundo, creo que prefiere no tener plata a tenerla.

Hoy día en mi familia cuando tenemos plata la gastamos. Nunca se ahorra nada. No tengo ningún mecanismo de ahorro.

¿No ahorran por una incapacidad de ahorrar?

Es que no le veo el beneficio a ahorrar. Yo creo que uno va a vivir más si necesita plata todo el rato, porque así tenís que levantarte a conseguirla, ¿cachai? O sea, si no hay, busco plata donde sea, y si hay, la puedo gastar, me da exactamente lo mismo.

¿Cuál fue el primer trabajo pagado que tuviste?

Mi primer sueldo me lo pagó un tío que era director de la revista del Colegio de Ingenieros, no me acuerdo cuánto fue pero me pagó bien. Fue por un artículo escrito por un ingeniero de cómo funcionaba el Fasat Alfa que yo tenía que traducir.

¿Traducir?

A normal, a entendible. Me pasó una weá* que no se entendía nada, nada, nada. El Fasat Alfa era un satélite chileno y no entendía nada, y pensé “qué mierda hago”. Y mi tío me dijo: “hay un compadre de la Fach que lo explica clarísimo”. Así que lo llamé y le empecé a preguntar: “oye mira, estoy leyendo del Fasat Alfa… qué es esta weá de aquí?”, “no mira, es como un ventilador que…”, “ya la raja” y después “y eso qué es?”, “mira, ¿viste el Pato Donald? es como el auto del Pato Donald ”. Puras explicaciones así, en fácil. Lo traduje de esa manera y lo encontraron la raja.*

Estúpidamente dejé esa revista porque encontraba que era incompatible cuando entré a trabajar en el Canal 2, no sé por qué pero fue una tontera. Yo hoy podría ser el director de esa revista… volvería feliz ¡y pagaban la raja!

Y cuando entraste al Canal 2, ¿cómo era el tema con la plata?

Buena porque pagaban 220 lucas de esa época (1995), vivía con mis viejos y me puse un objetivo: viajar. Yo no había viajado casi, solo a Buenos Aires creo, entonces me propuse ahorrar toda la plata que ganara en un año. Más que ahorrar, junté plata y al año me compré un pasaje a Nepal. En esa época vivía bien con esa plata porque no tenía hijos, ni grandes gastos. Después empezó a hacerse poca porque me fui a vivir solo, etc.

¿Y tus papás nunca te pidieron que aportaras con plata para la casa?

No, nunca me han pedido que aporte ni yo le he pedido plata a ellos. Es una relación neutra. Estamos 0–0 en temas de plata.

Pero tú estabas ahí viviendo.

O sea, claro, me pagaron el colegio, un poco la universidad…

¿Un poco?

No la pude pagar toda y no me titulé porque tenía la deuda. Mi viejo tenía que pagar las* *universidades y colegios de mis hermanos y yo salí elegido, “a vos no te pago”, jaja.

Cuando hicieron la serie los 80’s, te das cuenta que lo que pensabas que te pasaba sólo a ti, le pasaba a todo el mundo. Que había poca plata y que había que vivir con eso no más. Tampoco me acomplejaba mucho, quizá me acomplejaba en el inconsciente, pero no era un gran drama.

No había un ideal de tener más plata.

O sea te acomplejaba en el sentido de que tu hijo hoy tenga todo lo que quiera y le* pasai *plata pa’ todo. Mis hijos no tienen ningún rollo con la plata y de pedirla tampoco.

¿Y tú les das plata cuando te piden?

Sí, o sea les compro cosas… tampoco nada excesivo.

Mi relación con las cosas materiales es muy distinta a cómo era antes, cuando un par de zapatillas y una pelota de fútbol me tenían que durar todo el año. Era difícil conseguir weás de marcas y vivía obsesionado un poco con eso. Por eso es que uno es tan bueno para saber marcas. Nunca iba a tener la plata para comprarla, entonces dependías que tu papá o tu mamá se sensibilizara.

¿Qué compras?, me imagino que no eres muy de mall.

No, yo gasto. Más que comprar, gasto. En el Jumbo de Bilbao se debe ir un buen porcentaje.

Gasto en vida. En comer rico. Pero tampoco soy de ir a restaurantes especiales que abrieron o no sé qué, pero sí voy a comer y cuando llega la cuenta que se pague lo que salga… me da lo mismo. Gasto en mis hijos… Bueno, es que al final, a mí hoy día la plata se me va en la vida.

¿Te endeudas?

Sí, porque la vida es cara y me gusta vivir bien.

Tengo un auto austero. No hago una carta gantt con mis ingresos y mis egresos. Entra plata y se gasta plata no más. Si mis hijos quieren invitar a alguien al estadio, compro 4 entradas pal estadio y no estoy pensando “oye deposítenme la plata” o si quieren ir al cine “ya, ¿cuántos quieren ir al cine? 8, ¡chucha!, ya cuánto salió, ochenta lucas, listo, con las cabritas y la weá. Mala cueva*, *otro día invitará otro”.

Yo creo que es como eso. No hago gastos grandes como el que se compra la casa en la playa y le sale 500 lucas al mes mantenerla, no, eso no lo hago y no lo haría jamás.

¿Y haces inversiones?

No, no pienso en inversiones. Nunca pienso dónde la plata me va a rentar más, onda “si yo pusiera esta plata en tal lado…” No tengo idea. De hecho, cuando voy en el auto escuchando radio y un weón* *empieza con un comercial de InverChile o algo así la cambio, porque me desagrada que me hablen de plata.

¿Te da como angustia que haya un mundo desconocido detrás de eso?

Sí, hay todo un mundo que yo no manejo, que no veo, que no sé. Me parece que la gente que piensa en la plata, especula, y en la especulación te podís ir a la mierda y yo sufriría mucho yéndome a la mierda. Prefiero tocar las cosas. Soy eminentemente analógico.

Ya, pero trabajas especulando todo el tiempo. Inventas personajes, capítulos.

Claro pero no con la plata, no con un intangible, sino que con cosas que puedo tocar. Me gusta que las cosas tengan forma, tiempo, duración…

No creo que valga la pena el tiempo que yo pueda perder en invertir, a menos que te entretenga po. Sí creo que hay quienes se entretienen haciendo plata y que los weones que tienen mucha plata son adictos a la plata como uno puede ser adicto a la comida.

O a la oportunidad.

Claro, lo que sea, pero que se termina traduciendo en plata. O sea lo que comparan ellos en su vida es plata. La carrera es por plata. Piñera no es que tenga grandes gustos, es muy vulgar, es un tipo al que le gusta la plata no más, si la plata es lo más ordinario que hay.

Y no hace nada muy interesante con ella. Hay weones que tienen plata y hacen unas cosas como excéntricas, pero tú ves que Piñera no se construye una casa con forma de ojo de oro. No hace esas weás*, *cachai. Yo tampoco lo haría. Como que trato de ser práctico.

El otro día le pregunté a alguien: “Si tuvierai* plata ¿qué auto tendríai?”, “no sé, un Mercedes G”, “ya y cuánto vale?”, “ciento y tantos palos”, “¿en serio te *gastaríai cien palos?”. Yo entre ése y un Toyota me compro un Toyota, no tengo ninguna duda, aunque tuviera toda la plata del mundo, porque creo que el Toyota es mejor auto no más. Y si lo pierdo, no voy a perder un Mercedes. Porque pierdo las cosas. Ese es otro tema: me regalan cosas caras y me preocupo tanto de no perderlas que las pierdo, como para sacarme esa presión de no perderlas.

Yo creo que el peor castigo para la gente es ese discurso de que te estás perdiendo oportunidades todo el rato. El típico “oye, ustedes deberían haber convertido su empresa en otra weá* ”. Hey, no tengo que hacer nada. *Si te gusta bien, si no también, me da lo mismo, pero yo no tengo tiempo ni ganas de pensar en plata…

Y si llegara una especie de “ángel contador” y se encargara de todo ¿Le destinarías dos horas para ver tus inversiones y después nunca más?

No, ni cagando, no me interesa.

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