¿Por qué Rusia quiere a Ucrania?
Por Florencia de Fintual
En Julio del 2021 Putin publicó un artículo que parece la carta de un enamorado: “Ucrania es parte del mismo espacio histórico y espiritual que Rusia”, y se pone más intenso cuando dice “somos una gran unidad, la misma persona”. ¿Por qué escribe eso?
- 30% de los ucranianos hablan ruso
- 15% de la población se consideran de la etnia Rusia
- Rusia y Ucrania fueron el mismo país por 300 años, hasta el desarme de la Unión Soviética
Pero las cartas de amor nunca son tan ingenuas como parecen. Basta leer “Diario de un seductor” de Soren Kierkegaard para saber que en estas también hay un arte de engaño y manipulación por conveniencia:
- Ucrania era un lugar estratégico de guerra, una zona que funcionaba como colchón o parachoques entre Rusia y países enemigos. Este lugar estratégico se conoce como “estado colchón” -sí, estado colchón es un concepto.
- Es más, existe investigación sobre los “estados colchones”. El paper del 2014 State Death in the International System demuestra que estos estados tienen más probabilidades de morir y ser invadidos que los estados no colchones.:“los estados que son muy atractivos para grandes potencias están en un grupo de alto riesgo de muerte”. En otras palabras, estadísticamente que una gran potencia como Rusia esté enamorada de otro estado como Ucrania es peligroso.
- Ucrania es un país por el que Rusia pasa para abastecer al resto de Europa con un tercio del total de gas que consume el continente. Tener gran parte del gas en medio de una crisis energética en Europa le ha dado poder a Rusia en este conflicto.
A Putin “le dio pena” sentir que el 2014 su querida Ucrania lo podría traicionar por presiones de Europa para que se uniera a la OTAN y a la Unión Europea (no sé si lo recuerdan, pero ese año en Chile estaban dando la temporada final de la serie los 80, era el telón de fondo nacional de este conflicto). Fue ese febrero que Rusia decidió invadir Crimea, que se consideraba una parte indispensable de Ucrania. Es más, la sensibilidad de Rusia ante la traición fue tan grande que afectó hasta la poesía: Rusia condenó al poeta Alexander Byvshev, que había escrito un poema a favor de Ucrania a 300 horas de servicio comunitario, lo dejó sin poder trabajar como profesor por dos años y le quitó su computador.
El 2015 salió un documental muy bueno en Netflix ( 88% de nota en Rotten Tomatoes) sobre esta lucha de Ucrania por mantener su libertad. Eso sí, cuando veo estos documentales, me gusta recordar que occidente tiene conflictos de intereses en esta guerra y Netflix no va a ser neutro al respecto.
Ahora desde noviembre del 2021 Rusia ha acercado tropas a la frontera y se ha movido de forma agresiva a Ucrania. Aunque Rusia lo niegue, todo indica que Putin quiere sofocar a Ucrania con su devoción y conquistarla.
¿Y a quién prefiere Ucrania?
Por Cristián "Tama" Bravo Lillo
Luego de la 2da guerra mundial, muchas ciudades de Ucrania quedaron destruidas, y las personas fueron afectadas por una hambruna tremenda causada por una sequía y por la destrucción de la infraestructura básica en la guerra. Seguro que esto influyó en que Ucrania fuera uno de los miembros fundadores de las Naciones Unidas en 1945; a pesar de que Rusia lo fue también, algunos creemos que en realidad fue para llevarle la contra a Estados Unidos en lo que se conocería por los siguientes 45 años como la Guerra Fría (¿se acuerdan del “miedo al dedo que apretará el botón”?)
Rusia se ha caracterizado durante su historia reciente en política exterior por “jugar en las áreas grises”: formalmente, siempre dicen que cumplen con el derecho internacional y con los compromisos que adquieren, pero en la práctica hacen cosas que después pueden negar.
Aunque Putin lo haya dicho en su carta, el sentimiento no es compartido: tal vez Rusia sintió que Rusia y Ucrania fueron el mismo país durante 300 años, pero la gente de Ucrania no siente lo mismo. En Ucrania (y Estonia, otro país de la ex-Unión Soviética con una historia similar) el 78% de la población es étnicamente del lugar. El sentir de ambos grupos es súper distinto. Por ejemplo, los que son étnicamente ucranianos y estonios sienten figuras como el Soldado de Bronce de Tallin (una estatua famosa en la capital de Estonia) como un recuerdo del imperialismo ruso y de las continuas invasiones sufridas por distintos países; en cambio, los étnicamente rusos viviendo en Ucrania y Estonia sienten la misma estatua y monumentos similares como un ejemplo de la victoria militar rusa sobre la Alemania de Hitler.
Rusia nunca ha dejado de creer que los territorios y la gente de su antigua extensión le pertenecen, y lo demuestra con celebraciones como el Día de la Victoria (sobre la Alemania Nazi, celebrada en Rusia el 9 de mayo), que el gobierno de Ucrania prefirió reemplazar por el Día de la Remembranza (una celebración del Reino Unido que recuerda a los caídos en la Primera Guerra). En Ucrania y Estonia las personas se han ido alejando de la forma de administración centralizada hacia una cultura más occidentalizada, y esto Rusia lo ha resentido mucho. Esto es clave para entender por qué Rusia quería de vuelta Crimea, que tiene una enorme importancia geo-estratégica (entre otras cosas para repartir gas por el mar negro al resto de Europa del este); y también por qué quiere de vuelta a Ucrania completa.
Los abuelos solían decir “donde fuego hubo, cenizas quedan”, incluso para referirse a situaciones sentimentales. El problema es que aquí el adagio es casi literal. Desde el 2014, Ucrania ha ido consolidando su democracia, y el 2016 se aprobaron leyes controversiales para sacar el lenguaje ruso de la educación, los medios y los negocios. En cambio, la antigua Crimea, luego de haber sido invadida y dominada por Rusia, ha tenido problemas de escasez de agua (en un lugar donde no debería faltar).
Ahora el ejército de Ucrania se ha modernizado, cuenta con misiles anti-tanques provistos por Estados Unidos (acá hay un artículo del economist muy detallado sobre la tecnología de estos misiles) y drones de Turquía. The Insider sacó un artículo en Abril del 2021 donde expertos militares analizaron quién ganaría si explota la guerra. La respuesta es Rusia pero no sería tan fácil como el 2014 y quizás no lo logren si La OTAN ayuda a Ucrania.
Por mientras en el fin del mundo no podemos hacer otra cosa sino sentarnos a mirar, a esperar y a rogar que no haya declaración de guerra mientras vemos el partido Chile - Argentina. Es increíble como el fútbol nunca se detiene, ni al medio de los conflictos más temibles.