¿Qué es el puerto USB-C y que beneficios tiene?
Si tienes cualquier producto que tenga un conector USB-C, te recomiendo leer hasta el final.
A medida que los computadores se masificaron, una serie de "puertos" comenzaron a salir para cumplir ciertas funciones específicas. Los puertos permiten la conexión con otros dispositivos periféricos para intercambiar información y extender las capacidades de un objeto.
Existen cientos de puertos a la fecha. Algunos populares que seguro conoces son:
- USB-A: el clásico puerto USB que te permite intercambiar datos y conectar periféricos como teclados o cámaras webs.
- Jack de 3.5 mm: más conocido como "el puerto de audífonos", permite la entrada o salida de audio de un dispositivo. Con él podemos conectar audífonos, parlantes o micrófonos.
- VGA: fue el estándar de video en computadores por muchos años. Es el clásico puerto con "pines" que permite la salida de video para conectarse con una pantalla o proyector.
- HDMI: como el puerto VGA, permite la salida de video, pero además incorpora señal de audio, siendo una especie de híbrido entre un Jack de 3.5 y un puerto VGA, todo en un conector más compacto y que además permite una conexión de video de mayor calidad. Tu tele seguro que tiene varios de estos.
- Micro-USB: es un puerto USB más pequeño, que nos permite intercambiar datos, en un formato más amigable con dispositivos más pequeños, como teléfonos o cámaras fotográficas. Te aseguro que alguna vez intentaste conectar uno al revés y no resultó.
- Lightning: el clásico puerto de Apple desde el iPhone 5. Es como un Micro-USB, pero reversible, lo que quiere decir que lo puedes enchufar en cualquier orientación.
Además de todos los anteriores, existen muchos más: USB-B, DisplayPort, Magsafe, mini-USB, etc. Cada uno con casos de uso aún más específicos.
El problema es que uno termina teniendo miles de cables diferentes para cada cosa: video, audio, datos y carga.
¿Qué es el puerto USB-C?
Ante esta problemática nace el USB-C: el puerto que puede hacer todo lo anterior en uno solo, en un formato compacto y reversible. Si metemos a la juguera un HDMI, un puerto de audífonos, un cargador de alta velocidad de hasta 100 W y un puerto Lightning, el resultado es USB-C.
Y si tienes un computador, iPad o teléfono Android de los últimos años, probablemente ya tenga un puerto USB-C. Problema resuelto, no? No, no es tan sencillo. De hecho, la estandarización del USB-C ha sido un desastre.
Para entender el problema, primero tenemos que comprender cómo funcionan estos puertos. Hay 3 actores en la interacción: El dispositivo 1, el cable y el dispositivo 2. Por ejemplo: un computador, un cable y una pantalla.
Desde un punto de vista físico-visual es muy sencillo. Tanto el computador como la pantalla tienen puertos USB-C y el cable es USB-C en ambos extremos. Los conectamos y listo!
Ojalá fuera así de fácil.
El problema es que dentro del espectro USB-C existen cientos de variaciones que dependen de cada uno de los tres actores.
¿Qué beneficios tiene el cable USB tipo C?
En su máximo potencial el USB-C, puede hacer lo siguiente:
- Traspasar energía para cargar un dispositivo a 100 W.
- Entrada/salida de video 4K.
- Entrada/salida de audio de alta definición.
- Traspaso de datos de hasta 40 gbit/s (Si es Thunderbolt)
La cosa es que puedo tener todas esas prestaciones, solo algunas o todas, pero con menor "capacidad". Por ejemplo, podríamos tener carga de alta velocidad, pero salida de video solamente HD, no 4K. También hay puertos USB-C que son solamente puertos de carga, sin salida de video.
Lo complejo es que para que se logre exitosamente lo que queremos, los tres actores tienen que cumplir con las mismas características. Por ejemplo, si tanto la pantalla como el computador comparten compatibilidad con video 4K, pero el cable es de un estándar más bajo, no vamos a poder transmitir video a esa resolución. Incluso puede que el cable no tenga traspaso de video, caso en el cual no pasaría nada al conectarlos.
Por ejemplo, el cable USB-C que viene con el cargador de los computadores Mac no transmite video. Así, que si te compras un monitor con USB-C, no esperes que funcione. Y ese cable cuesta $24.990.
Antes teníamos muchos puertos, pero las cosas eran más fáciles. Como cada uno hacía una cosa y se veía completamente diferente del otro, era cosa de llegar y conectar. La forma del conector expresaba su capacidad. Ahora todos se ven iguales y para la mayoría de las personas es un misterio si la compatibilidad está y si no, no es claro qué falta.
¿Cómo compro el cable correcto?
En teoría, los cables deberían estar etiquetados. Pero en la práctica no lo están. Lo único que puedes hacer para asegurarte es leer bien la caja o ficha técnica. Si no te dan esa información, lo único que puedes esperar es que cargue a una velocidad de 5 W, que es el mínimo y muy muy lento. Todo lo demás, datos, video, etc. dependerá de cada cable particular y no hay manera de saber.
Una buena forma de asegurarte si quieres que "lo haga todo" es comprar un cable Thunderbolt. Thunderbolt 4 es un estándar de Intel, que usa USB-C y que en términos simples viene completito, con la máxima capacidad del puerto y más.
Eso sí, un buen cable Thunderbolt te puede costar unos $40.000, así que asegúrate de que efectivamente le vas a sacar el jugo antes de comprarlo. Se identifican porque sí van etiquetados por requisito de Intel y tienen un rayito en ambos extremos.
Si estás buscando algo solo para carga rápida o transferencia de datos, www.ankerstore.cl tiene una muy buena oferta y son bastante claros con las fichas técnicas (y no es publicidad pagada).
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