Aprende a ahorrar y gastar sin culpa
Estoy casi seguro de que alguna vez has visto un post con un título como este:
Un café menos al día durante 153 años te puede ahorrar chorro mil millones de pesos.
Qué hueva, la neta.
Soy creyente de que a mucha gente le cuesta mucho ahorrar porque asocian el hábito del ahorro con dejar de gastar. Gastamos en las cosas que nos hacen felices y, como ahorrar es dejar de gastar, significa sacrificar felicidad. Qué horror.
Pienso que está mal enfocado. Es importante ahorrar, sí, pero también es importante gastar. Te voy a contar una pequeña experiencia.
Pequeños gastos que (creo) hacen sentido
Mi primer trabajo de tiempo completo estaba en Santa Fe. Fue terrible. Recuerdo haber dicho durante la carrera que jamás aceptaría una chamba ahí, pero cae más rápido un hablador (hambreado y endeudado con la universidad) que un cojo. Así que tomé el trabajo.
La primera semana decidí ir y regresar en camión. Eran filas inmensas para subirte, atiborrados de gente (lo normal a las 7:45 am) y tardaba hora y media en llegar (y otra hora y media en volver, claro). Llegaba con el peor ánimo a la oficina, exhausto y ni siquiera había empezado el día en la oficina. Sobra decir que regresaba a mi depa sin ganas de hacer nada más.
Estaba seguro de que no iba a durar ni un mes así.
Fui a echar unas chelas con un amigo para contarle mis penas, y me recomendó una app de transporte compartido donde salían vans de distintos puntos de la CDMX y te llevaban a Santa Fe.
Salía una camioneta a 5 min caminando de mi depa, y me dejaba justo en frente del trabajo (literal, en frente). Probé la app. Fue como un regalo del destino, la octava maravilla del mundo para mí. La usé durante todo el tiempo que trabaje en Santa Fe.
Hay 22 días hábiles en un mes. Ir y venir del trabajo me costaba $90 ($45 de ida y $45 de regreso), entonces en total gastaba alrededor de $2,000 por mes por ir al trabajo seguro, cómodo y relajado.
¿Era caro? Quizá algunos lo piensen. Pero para mi era increíble no tener que ir manejando mentando madres, ni esperar una hora para subirme a un camión.
Y ojo aquí: de acuerdo con nuestro simulador, una inversión de $2,000 al mes en nuestro fondo Risky Hayek termina siendo aprox. 6.7 millones de pesos en 25 años. Tomar estas camionetas al trabajo, después de 25 años, te quitan casi 7 millones de pesos de ahorro.
¿Me arrepiento de haber gastado $2,000 al mes en eso? Ni un sólo día. Pagaba feliz ese dinero y lo volvería a hacer sin dudarlo. A eso me refiero con que hay gastos -lujitos, pues- que uno valora mucho y no tiene mucho sentido cambiarlos porque mi vida hubiese sido mucho más miserable sin ellos.
No sacrifiques lo que te hace feliz
¿Te encanta tu café de la mañana? ¿Salir a comer a un lugar rico el fin de semana? Son cosas que yo no cambiaría por nada del mundo.
Supongo que podría ahorrar $40 por cada café o $300 por cada comida, pero sería bastante triste no poder disfrutarlo. Y eso tampoco quiere decir que sea un irresponsable despilfarrador de dinero.
El mejor consejo que puedo darte es que, al momento de recibir tu nómina (o un pago si estás freelanceando) es separar siempre una parte para ahorrar y el resto gastarlo sin culpa en las cosas que te hagan feliz, sin pensar en lo que digan las demás personas.
Por cierto, algo que también es importante: dejar ese dinero en el banco es mala idea. No crece nada, y al final pierdes poder de compra por la inflación. Lo mejor es que lo ahorres o inviertas en un lugar que te genere rendimientos.
Prueba Fintual
¿No sabes dónde y/o cómo comenzar a invertir? No te preocupes, para eso creamos Fintual.
Es 100% digital, sin montos mínimos ni plazos forzosos. En serio, no era tan difícil. Pero supongo que tu banco jamás lo va a aceptar.
Rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros.