Warren Buffett, probablemente el inversionista más reconocido en la historia del mundo, tenía 0.3% de su actual fortuna al momento de cumplir 52 años. Comenzó a invertir desde los 11.
¿Se volvió tremendamente bueno invirtiendo a esa edad? No realmente.
Comenzó desde chico y cada vez el dinero que ya había ahorrado fue generando más dinero. Después de 80 años de generar ese interés compuesto con sus inversiones, el resultado está claro: más de 100 billones de dólares en patrimonio neto. Un lindo guardadito.
Quizá no hayas empezado a los 11 años, pero eso no quiere decir que todo esté perdido. Incluso si tienes 35 o 40 años, probablemente tienes una esperanza de vida de 50 años más. Mucho, mucho tiempo para hacer que tus inversiones crezcan exponencialmente. Y por eso vale la pena invertir a largo plazo.
Hay cinco cosas bien importantes que debes considerar al momento de comenzar a invertir para el futuro. Entenderlas y tomarlas en cuenta te ayudarán a que ese plan de inversión que comiences hoy sea a prueba de balas y te genere los retornos que esperas en el largo plazo.
Tiempo
Si a lo largo de los últimos 50 años escogieras un día de forma aleatoria para invertir en el S&P 500, el índice del mercado bursátil más representativo de EE.UU., tendrías un 52.5% de probabilidades de ganar dinero. Bien similar a lanzar una moneda al aire y adivinar si caerá águila o sol.
Esta probabilidad se va elevando conforme se expande el periodo de tiempo durante el cual mantienes tu inversión. Invirtiendo durante un trimestre, la probabilidad sube a 66.1%. En un año, es 72.1%. Durante un periodo de 10 años, se vuelve 94.1%. No hay ningún periodo de 15 años entre 1971 y 2021 donde el S&P 500 no haya generado rentabilidad.
Antes de decidir qué comprar piensa en cuánto tiempo vas a invertir. Nosotros te damos algunas recomendaciones con base en eso, pero lo más importante es que estés cómoda con tus inversiones.
Riesgo
Nadie se hace ni medianamente rico invirtiendo en CETES. Como lo explicamos constantemente, las inversiones en fondos con instrumentos de corto plazo son ideales para tener un fondo de emergencia, tu bolsa de dinero para los gastos del mes o para alguna compra o viaje que planees hacer muy pronto, pero no para hacer crecer tu patrimonio.
Incluir instrumentos de renta variable (como las acciones) en tu portafolio de inversión de largo plazo es vital. Y como ya comentamos, mientras más tiempo mantengas la inversión, mejora la probabilidad de que tengas ganancias importantes.
Como seguramente sabes, más riesgo significa mayor retorno en el largo plazo. Pero también mayor volatilidad, que es básicamente la variación en el valor de tus inversiones a lo largo del tiempo. Al invertir debes encontrar el punto de equilibrio entre los rendimientos que buscas tener y el riesgo que quieres o puedes asumir.
En Fintual, por ejemplo, te ayudamos a encontrar este nivel óptimo de rentabilidad y riesgo mientras vas creando tu cuenta, y te sugerimos un portafolio de inversión adecuado para cada objetivo que hayas creado.
Diversificación
No poner todos los huevos en la misma canasta. Algo que escuchamos desde que somos muy jóvenes. Y aplica especialmente para las inversiones.
Si inviertes todo tu dinero en una sola acción te puede ir muy bien o muy mal. Pudiste haber escogido Apple en los años 80 o Amazon en los años 90, ir a full con ellos y tendrías hoy seguramente millones de dólares. Pero piensa en las personas que apostaron por Enron, Lehman Brothers o Chrysler y perdieron todo su dinero.
Diversificar tus inversiones en acciones de empresas de diferentes sectores, tamaños y geografías te ayuda a no depender del éxito o fracaso de una compañía en particular. Hay empresas que la van a romper y otras a las que les irá fatal, pero a la larga el crecimiento general de la economía se verá reflejado en tus inversiones.
Disciplina
Suele haber una variable constante entre todas las personas que han invertido en acciones durante muchos años con éxito: constancia.
Hay personas a las que les gusta seguir la lógica “las acciones están muy arriba, voy a vender las mías y esperar a que bajen para recomprarlas”. Esta práctica es conocida como ‘timing the market’ (algo así como ‘calcular al mercado’) y es una pésima estrategia de largo plazo.
Invertir de forma constante, basándote en un plan, es lo que siempre recomendamos en Fintual. No importa si el mercado está alto o bajo en ese momento (cosa que por cierto no vas a saber hasta años después), terminas promediando con cada compra, y a la larga sólo importa la tendencia del mercado, que históricamente ha ido al alza.
Costos
Los costos en los que incurres para invertir tu dinero son igual de importantes que los retornos esperados de esas inversiones.
Esto parecería ser muy obvio, pero no es así. Hay muchos bancos y fondos de inversión cobrando comisiones anuales altísimas (¡incluso hasta 5.0%!) que terminan comiéndose una gran parte de la rentabilidad que llegan a generar.
Y ni hablar cuando les vaya mal, porque tú vas a seguir pagando ese 5.0% independientemente de si al fondo le fue bien o no.
En Fintual invertimos a través de ETF (Exchange-Traded Funds), fondos que contienen muchas acciones, para mantener las comisiones más bajas posibles. Estos ETF normalmente replican índices de industrias, sectores o países, entonces la complejidad de su manejo es bien poca y por eso los costos de administración se vuelven bien bajos.
Las comisiones anuales de los fondos en Fintual oscilan entre 0.3% y 1.0%, dependiendo el fondo. Y siempre vas a poder consultar los detalles de las comisiones aquí.
Si te animas para empezar a invertir a largo plazo en Fintual, crea una cuenta y comienza a simular cómo se verían tus años dorados invirtiendo desde hoy.