Famoso en libros, películas y series de televisión, como también en cursos de finanzas o tutoriales de YouTube, el término “bolsa de valores” ronda normalmente en torno a la cultura de las inversiones.
Pero, ¿qué es una bolsa de valores? ¿Y cuál es el rol que cumple?
La bolsa de valores básicamente es un mercado abierto, donde se compran y venden valores financieros tales como acciones, o bonos de compañías o países.
En términos generales, funciona como cualquier otro mercado, es decir, podría ser perfectamente comparado con un mercado de frutas y verduras, en donde compradores y vendedores se encuentran para poder realizar transacciones entre ellos: comprar las mejores manzanas, vender mi producción de naranjas, o lo que sea.
La diferencia con un mercado cualquiera es su regulación. La bolsa de valores opera como una institución formal que permite a sus integrantes realizar las transacciones de valores financieros dentro de ciertas reglas bien definidas relacionadas a las leyes y normas del mercado de valores de cada país. Además, las mismas bolsas pueden decretar sus propias condiciones; por ejemplo, es la bolsa de valores la que suele definir las reglas precisas para realizar transacciones en ella.
Cada país puede tener una o más bolsas de valores. La bolsa más conocida del mundo probablemente es la Bolsa de Nueva York, en Estados Unidos (New York Stock Exchange o NYSE, por sus siglas en inglés). Otra bolsa conocida de Estados Unidos es el Nasdaq, donde tradicionalmente se listan y operan acciones ligadas a compañías tecnológicas. En México operan tan solo dos bolsas de valores: la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Bolsa Institucional de Valores (BIVA).
Las casas de bolsa
Las bolsas de valores tienen reglas tan específicas, que en general una persona común y corriente no puede simplemente entrar a vender o comprar algo adentro. Para eso, es necesario un intermediario, que representa los intereses del comprador o del vendedor, y se encarga de la ejecución de las transacciones. Este participante de la bolsa de valores se llama casa de bolsa (o stock broker, en inglés) y es quien permite, en la práctica, “juntar” la oferta y la demanda de valores financieros y al mismo tiempo de cumplir las “reglas del juego” del mercado de valores. Para eso, la casa de bolsa suele cobrar algún tipo de comisión o recibir algún otro beneficio económico por realizar tales transacciones.
Las bolsas de valores en la historia
La primera bolsa de valores moderna, donde se podían transar acciones de compañías, se constituyó en Amsterdam, Países Bajos, donde incluso se hizo necesario abrir un edificio especial para su funcionamiento en el año 1611.
En estas bolsas, se juntaban los corredores o capitalistas directamente a “gritar” los precios y tratar de conseguir los anhelados tratos encomendados por sus clientes o por cuenta propia.
En la Bolsa de Londres se publicó el “Primer Libro de Reglas Bursátiles” el año 1812, donde se definieron reglas precisas relacionadas al pago de acciones y defaults.
A partir del siglo XIX y siglo XX las bolsas de valores se vieron directamente beneficiadas por las nuevas tecnologías de telecomunicación. Por ejemplo, el telégrafo permitió transmitir a lugares lejanos la información de lo que ocurría con los precios dentro de una bolsa o con las noticias financieras fuera de ellas, lo cual permitió mayor cantidad de flujo de información del mercado y, por lo tanto, mayor frecuencia y cantidad de operaciones bursátiles. Ya en el año 1866 los precios de la Bolsa de Nueva York estaban disponibles dentro de 20 minutos en la Bolsa de Londres, en vez de los 16 días que tardaba antes. En 1880 ya se utilizaba el teléfono, y las comunicaciones eran prácticamente instantáneas.
A lo largo del siglo XX, otras mejoras tecnológicas tales como computadores e internet han acelerado aún más los desarrollos de las bolsas.
A partir de la década del desarrollo comercial de los computadores y de su uso en las bolsas de valores, poco a poco los corredores de bolsa se han vuelto máquinas, al punto de que hoy existen muy pocas transacciones bursátiles que se realizan directamente por humanos. De hecho, existen bolsas que son únicamente electrónicas (como el Nasdaq).
En algunas otras bolsas emblemáticas, como la Bolsa de Nueva York o en la BMV, ya prácticamente no hay corredores humanos dentro de las instalaciones y, si los hay, son muchas veces para tareas muy específicas, como presenciar la celebración del primer día en bolsa de alguna compañía recién listada (es decir, fines puramente estéticos), o como participar en algunos muy pocos procesos manuales o de respaldo operativo.
Bolsas y corredores de valores en las películas
Y si te gustan las películas, acá probablemente vas a identificar algunos personajes que eran corredores de bolsa.